La visión con la que se abordan las actuaciones desde Proyecto Hombre, mantiene los elementos básicos de nuestros orígenes metodológicos propios las comunidades terapéuticas, y comprende también la evolución que como organización se ha experimentado en estos años para responder a las demandas con programas adaptados y actualizados metodológicamente, además del empeño por tratar de la manera más adecuada, satisfactoria y con los mejores medios materiales, conceptuales y humanos a nuestro alcance, a las personas con problemas adictivos con el fin de prevenirlos y tratarlos.
- Modelo “Bio-Psico-Social”: Entendemos la salud y la enfermedad como un continuo. La salud es un proceso multidimensional en el cual permanentemente interactúan sistemas biológicos, psicológicos, sociales, culturales, familiares y ambientales.
- Lo educativo, en el sentido de la adquisición de habilidades para la vida y para la integración social como individuos autónomos.
- El papel de la familia elemento básico en los procesos de socialización, de apoyo y de base para la reconstrucción de la persona que recupera su rol en ese ámbito y le permite, en buena medida, verse capaz de recuperarlo también socialmente.
- El enfoque de género en el ámbito de las drogodependencias, incorporar el enfoque de género implica considerar que la salud de hombres y mujeres además de estar condicionada por factores biológicos, está fuertemente influenciada por las circunstancias y experiencias vividas en un contexto cultural, social, político y económico concreto.
- La promoción y educación para la salud como marco de intervención. La salud como recurso para la vida y concepto positivo que hace hincapié en los recursos sociales y personales, así como en las capacidades físicas.
- Modelo general subyacente o teoría de los factores de riesgo y de protección por el cuál las actuaciones preventivas se basan en favorecer y desarrollar los factores de protección y minimizar los de riesgo.
- Principios metodológicos:
- La prevención comunitaria buscando siempre la implicación y participación de la comunidad ciudadana y de los agentes sociales de la misma.
- Intervención contextualizada y globalizada incidiendo sobre todos los factores y situaciones que favorecen la génesis y el mantenimiento de las drogodependencias y sin reducirse a prevenir directa y específicamente el uso de drogas sino que ha de abarcar las dimensiones y aspectos más importantes de la persona.
- Intervención adecuada a los tres niveles de prevención (universal, selectiva e indicada) mediante estrategias informativas, formativo-educativas y participativas.
- La metodología de trabajo de las comunidades terapéuticas, que se demostró muy eficaz en otros tiempos y aun hoy sigue siendo muy potente para la rehabilitación de personas con problemas adictivos, basada en la concepción de la autoayuda como filosofía de los programas.
- La perspectiva finalista y de alta exigencia de cara a la abstinencia, objetivo que se mantiene de manera general para las personas a tratamiento, pero que hemos matizado en algunos casos por la práctica terapéutica de consecución de metas adaptadas a la persona y que no siempre va a suponer la abstinencia total y permanente.
- Una visión humanista, rogeriana, en la que el ser humano es contemplado como un “ser en búsqueda de sentido”, en palabras de V. Frank, que comprende la empatía como perspectiva terapéutica y entiende el objetivo final del cambio como la construcción de un estilo de vida autónomo.
- El concepto de equipo terapéutico, no como un grupo profesional interdisciplinar al uso, sino como un grupo humano con una formación y saberes comunes y compartidos y con unos niveles altos de exigencia y coherencia interna y externa.
- Las corrientes psicológicas que se consideran presentes en el abordaje del trabajo terapéutico:
- Corrientes humanistas y existencialistas.
- Psicoterapias en Grupo.
- Corriente Cognitivo-Conductual.
- Terapia Familiar Sistémica.
- Otros componentes de nuestro modelo podemos encontrarlos en lo que se ha dado en llamar “Terapias de Tercera Generación”, optando por estrategias de cambio de carácter indirecto más que las habituales de carácter directo de la primera y segunda generación.
- Modelo “Bio-Psico-Social”: Entendemos la salud y la enfermedad como un continuo. La salud es un proceso multidimensional en el cual permanentemente interactúan sistemas biológicos, psicológicos, sociales, culturales, familiares y ambientales.
- Lo educativo, en el sentido de la adquisición de habilidades para la vida y para la integración social como individuos autónomos.
- El papel de la familia elemento básico en los procesos de socialización, de apoyo y de base para la reconstrucción de la persona que recupera su rol en ese ámbito y le permite, en buena medida, verse capaz de recuperarlo también socialmente.
- El enfoque de género en el ámbito de las drogodependencias, incorporar el enfoque de género implica considerar que la salud de hombres y mujeres además de estar condicionada por factores biológicos, está fuertemente influenciada por las circunstancias y experiencias vividas en un contexto cultural, social, político y económico concreto.